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-:- En medio del duelo, una familia llora la pérdida de su hijo -:-
Mientras sus vecinos, consternados, exigen justicia por lo que califican como un acto de abuso policial dos jóvenes de 24 años fueron detenidos por elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) bajo acusaciones que sus familias y vecinos consideran infundadas. Según testimonios, ambos jóvenes eran conocidos por su esfuerzo en actividades escolares y comunitarias. La madre de uno de ellos, visiblemente devastada, narró cómo su hijo fue arrestado mientras realizaba tareas cotidianas: “Mi hijo estaba limpiando una escuela y salió a la tienda… ¿cómo pueden inventar algo así?”.
El caso tomó un giro trágico cuando los padres, al intentar liberar a sus hijos, recibieron la noticia más dolorosa: uno de ellos había fallecido bajo custodia policial. Según el informe oficial, la causa fue una “broncoaspiración”. Sin embargo, los familiares y testigos aseguran que el joven fue víctima de agresiones físicas. “Lo golpearon hasta quitarle la vida. No tenía por qué morir así”, denunció su padre, quien exigió respuestas claras y justicia.
La noticia movilizó a los habitantes de Sacxán, quienes se trasladaron a las instalaciones de la PEP en Chetumal para exigir explicaciones. Lo que comenzó como una protesta pacífica escaló cuando la comunidad, indignada por la falta de respuestas, incendió una patrulla como símbolo de su enojo y frustración.
Las palabras del comisionado interino de la PEP, Fernando Viveros Hernández, no lograron calmar los ánimos. Los manifestantes rechazaron la versión oficial que buscaba ligar al joven fallecido con actividades delictivas. “Quieren ensuciar su nombre para justificar lo que hicieron”, afirmaron vecinos que conocían al joven.
Reacción oficial y escepticismo
La intervención de policías antimotines y el uso de gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes solo exacerbó la tensión, dejando un saldo de caos y una población aún más herida.
La tragedia en Sacxán ha trascendido más allá de los límites de la comunidad, convirtiéndose en un símbolo del clamor de justicia frente al abuso de poder. Mientras los padres lloran a su hijo, exigen que no se manche su nombre y que los responsables enfrenten las consecuencias legales. “No vamos a permitir que esto quede impune”, declararon los vecinos, prometiendo continuar con sus demandas hasta que se haga justicia.
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