La nueva reforma de la Ley del ISSSTE 2025 prometía ser “para nuestro bienestar”, forma políticamente correcta para decir que nos van a chingar con más descuentos y menos derechos; nos deja peor que antes
*Como cereza del
pastel, endurecen los requisitos para jubilarse, obligándonos a trabajar más
años; al parecer la verdadera reforma es asegurarse de que el trabajador se
muera antes de cobrar su retiro
*Si el SNTE ya decidió
ser el brazo sindical de Morena, que lo haga, pero sin nuestra complicidad. La
dignidad del trabajador NO SE NEGOCIA
Por Juan José Sánchez
Las reformas al
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado,
#ISSSTE pa' los cuates, siempre han sido una ruleta rusa para los trabajadores
del Estado. A veces la bala es de salva, otras veces es de plomo, pero el cañón
siempre apunta al mismo lugar: nuestro bolsillo.
La nueva reforma de la
Ley del ISSSTE 2025 prometía ser “para nuestro bienestar”, que ya sabemos es un
una forma políticamente correcta para decir que nos van a chingar. ¿Cómo? Pues
con aumentos en las aportaciones, con un sistema de jubilación que nos deja más
incertidumbre que certezas y con un SNTE que ha perfeccionado el arte de la
traición disfrazada de silencio cómplice. Y por eso, como ya sabes que
#MiPechoNoEsBodega, en estas líneas #TeLoCuento.
Para empezar, la nueva
ley propone que las aportaciones al seguro de salud ya no se calculen solo
sobre el sueldo base, sino sobre todo lo que recibimos: bonos, aguinaldos,
compensaciones y hasta los centavos que nos sobran en la cartera. ¿El
resultado? Si antes pagabas $8,213 pesos al año por este concepto, ahora
podrías estar pagando más de $18,500. O sea, el doble, sin anestesia y sin
previo aviso. Y no, ese dinero no se traduce en mejores servicios de salud,
porque los hospitales del ISSSTE siguen siendo una mezcla entre película de terror
y casa del terror de feria barata: filas eternas, medicamentos inexistentes y
un sistema que solo será eficiente para cobrar, nunca para atender. En resumen,
te hacen creer que Dios te odia.
La joya de la reforma es el sistema de pensiones. Se elimina el esquema de cuentas individuales y se regresa a un modelo “solidario” (que de solidario solo tiene el nombre). En teoría, suena bonito: todos aportamos a un fondo común para que las generaciones futuras tengan una pensión digna.
En la práctica, es un esquema
piramidal con aval del gobierno, donde lo que ahorraste durante toda tu vida
puede terminar financiando ocurrencias, clientelismo político o la jubilación
dorada de los mismos que nos metieron en este hoyo. Y como cereza del pastel,
endurecen los requisitos para jubilarse, obligándonos a trabajar más años,
porque al parecer la verdadera reforma es asegurarse de que el trabajador se
muera antes de cobrar su retiro.
El SNTE, ese que
debería estar peleando por los derechos de los maestros, ha decidido que su
verdadero trabajo es no incomodar a sus patrones. El Secretario General de la
Sección 25 en Quintana Roo Prof. José
Arimael Salas Alcocer ha desaparecido en
combate; es con un comunicado simple, sin marcar una postura clara, ni un
amague de rebelión. Nada. ¿Por qué? Porque es mejor quedar bien con la
gobernadora y con la Secretaría de Educación que con los trabajadores que lo
pusieron ahí. Y mientras tanto, Alfonso Cepeda, el líder nacional del SNTE,
anda más preocupado por su carrera política que por defender a los docentes.
Prefirió afiliarse a Morena y prometer millones de afiliados antes que hacer su
trabajo. Porque claro, ya no basta con ser líder sindical, ahora también hay
que ser operador político (de esos que venden a los suyos por una palmadita en
la espalda).
Y aquí es donde entra
Morena, el partido que juró defender a los trabajadores y que terminó
cobrándoles hasta por respirar. ¿El resultado? Más descuentos, menos derechos y
una reforma que nos deja peor que antes. Y siempre con el mismo discurso: “esto
es por su bienestar”, que en lenguaje político significa “esto es para que
ustedes paguen lo que nosotros no supimos administrar”.
¿De qué sirve que nos
cuenten todo el sueldo para la jubilación si ahora nos van a descontar hasta
las ganas de vivir?
La hipocresía es
asquerosa. Mientras nos hablan de justicia social, nos despojan con reformas
diseñadas para exprimir hasta el último peso del trabajador. Mientras prometen
defendernos, permiten que el SNTE negocie nuestras pensiones como si fueran
fichas de casino. Y mientras nos piden paciencia, nos obligan a financiar un
sistema que jamás nos dará lo que nos prometió.
No nos confundamos:
esto no es una mejora, es un atraco con firma y sello oficial. Y lo más
indignante es que el SNTE lo está permitiendo. Pero si creen que los
trabajadores van a aceptar esto sin pelear, se equivocan. Porque cuando la
dirigencia sindical olvida a quién se debe, los trabajadores tenemos la
obligación de recordárselo. Y si el SNTE ya decidió ser el brazo sindical de
Morena, que lo haga, pero sin nuestra complicidad. Porque la dignidad del
trabajador NO SE NEGOCIA. Y eso lo vamos a dejar claro, con ellos, sin ellos y
a pesar de ellos...
¡Eh dicho!...